solo queda escribir..

Antes de comenzar quiero decir que mas que nada apuesto al efecto de trasmisión que este texto pueda hacer pasar, ya que tomare dos cosas que pueden resultar, en principio y mínimamente  oscuras, pero a las que  no pude dejar de hacer referencia , porque ellas fueron mis musas…

Una, es una canción que se llama “tu defecto es el mío”, canción de rock and roll,   y otra es que estas líneas  tienen  su basamento en un texto complejo, arduo, difícil de abordar como es L’etourdit , asique esta escritura tendrá  una lógica con dicho texto , apuesto entonces, al detrás de estas líneas que voy a leer…”

 Solo queda escribir[1] y a veces cantar[2]….

Empieza a sonar una voz…La letra dice: “cuando ese silencio parece mortal, no tengo derecho a tratarte tan mal”[3] , es necesaria la musicalidad,  la sonoridad que encuentra la potencia a ciertas escrituras. Materialidad que irrumpe  introduciendo  un semblant, por ejemplo este: el de un impostar la voz, allí donde hay un vacio de representación para que acontezca algo del decir[4].

El semblante será esa manera del ser que se adquiere de modo inflexivo o distraído para los otros…es el lugar donde el otro te toma en tanto ser, suposición que permite leer el objeto a, lugar del analista  capturado aun sin saberlo en su propia resistencia. No hay discurso que no fuera de semblante[5] , inconsciente entre analista y analizante, en el entre dos, que se descubrirá a través de la ceguera que nos habita y que insiste. Siempre habrá  un escotoma in-atravesable.

“Uno elucubra sobre las pretendidas resistencias del paciente, dice Lacan,  mientras que la resistencia, toma su punto de partida en el analista  mismo”, se lee en L’insue[6]

Y entre resistencias y persistencias, escuchamos;  los analistas escuchamos, a la vez que allí imaginamos ese relieve por aquello que invoca. Injertaremos de este modo un dicho que permitirá que el analizante haga otra cosa con aquello que lo a-cosa.

Es ese añadido que agujereara algo del amor y del odio, en ese punto en el cual todos estamos comprimidos, en esa sentí-mentalidad que nos habita. EL odioamoramiento es esa resonancia que el psicoanálisis supo encontrar para situar esa “zona de promesas”[7]. Hablo del amor  o del odio que se dirige al semblante, a ese puesto en el analista vacante en donde se ubica el objeto a, para hacerlo jugar. Solo con esos ropajes se envuelve el objeto de deseo, allí suele sostenerse, distinguiéndose de esta forma lo real.[8]

En un análisis se tratara, entonces, de reducir estas pasiones para dar lugar cada vez al deseo que habita al sujeto;  pero en principio se tratara de un  juego de dos en donde se tendrá que duelar, necesariamente,  el objeto que obtura el vacio, aquello que nos deja aspirados.

Me lo enseño además ,una analizante , a la que una y otra vez , equivocaba su nombre provocándole  un  odio que se acrecentaba mas y mas , pasión que se iba ubicando  en mi puesto transferencial.

 Aquellos que se recuestan en nuestros divanes tienen el saber, entonces le pregunte :

 - ¿vos sabrás porque equivoco tanto tu nombre?  Por qué yo no puedo saberlo… --“Probablemente contesto: no hay nada que odie mas en la vida que eso, que equivoquen mi nombre,  mi padre siempre lo hace, siempre  equivoca mi nombre por el de mi hermana”.

 Lapsus del analista,  que condujo a una identificación que se escurría,  a una letra singular negando lo universal que siempre paratodea.  De modo que, la resistencia del analista se pone entonces en máxima pregnancia para la interpretación de la castración en este ciclo que envuelve la transferencia, cuando el analista con su lapsus se descubre resistente portando de manera anestésica el engarce del objeto a que circula en la díada transferencial.[9]

Uno , uno del sentido es el que insiste , es incauto por lo cual yerra , pues tiene un cuerpo que resiste , y oye sentido , escucha redondo…[10] Sin embargo la cuestión es a-esférica ,lo introduce el crosscap,  si yo propongo un corte vía una identificación una esfera ,ya no lo es , porque entro en un espacio que ya no se cierra a si mismo…así, el corte , es el dicho, se recorta allí el concepto sobre el que reposa la manifestación del lenguaje[11].

Es de este modo , como  todo el tiempo  somos llevados a esa burbuja que nos hace pensar ,escuchar e  imaginar en redondo , la cuestión es advertir que a esto estamos sujetos una y otra vez , y que una y otra vez tendremos que salirnos de ese embadurnamiento que propone la transferencia.

 Lo invocante es , entonces ,  que un analista especule  y  crea :  allí hay una resonancia, y entonces la donación , es un gesto , injerto del dicho a modo subjuntivo[12] , siempre subjuntivamente, intervención hecha sobre el “que se diga”, creando el enigma , el no-todo , injerto que es lo actual siempre en relación al pasado.

 Persistentemente hay un detrás de eso que es resonancia, “que se diga queda olvidado detrás[13] de lo que se dice en lo que se oye[14]”[15], y aunque esto sea perturbador o enloquecedor por momentos, tiempos del sujeto supuesto al saber, así es como vienen los analizantes, “con el alma hecha pedazos” [16], eso dice la letra, eso es lo que dice la canción, y eso es lo que oímos,  el alma a tres… y cuando digo esto , no puedo dejar de escribir objeto a ,primero tengo que  decir objeto a  para decir alma , no son lo mismo , pero uno se escribe a partir del otro. “L’ame a tiers” , el alma a tres, es  la referencia de Lacan en el Seminario “L’insu…”, el alma que incluye el tercero como la letra que es materia, planteando una creencia que deriva, a mi entender, en el tratamiento del obstáculo esencial que es la resistencia del analista.[17]

“Sentirse con el derecho a Tratar mal “, cuando la cosa se vuelve mortal, es el síntoma[18], efecto simbólico sobre lo real , que es respuesta a lo mudo que a todo sujeto nos toca. Momento conmovedor, que devela, hace visible lo significativo de una vida, la respuesta subjetiva de cada quien, ante eso que se presenta como angustiante en la existencia. Sexo y Muerte, son los responsables de que cada uno elabore su contestación. Por supuesto que hay respuestas y respuestas. Y también hay escrituras y escrituras…

Nuestra ética, nos conduce a un buen tratamiento, es torcer un destino es un buen trato, que no es otra cosa que un tratar bien a la castración .Como analistas nos las pasamos escuchando, (o) yendo ¿A dónde? Vamos hacia aquello que falla, y que insiste, siempre insiste la falla.

Como analizantes , Nos la pasamos garabateando, el síntoma traza la repetición del padecer del sujeto, escritura salvaje que es reproducción o recreación de lo mismo y en esa letra que florece o que se canturrea puede sostenerse un sufrimiento[19] , objeto a que sostiene el padecer.  Y sucede que a veces ,  alguien  puede reducir  ese goce a una grafía, y esto solo es viable , “interpelándose , evocándose ,acosándose o elaborándose a partir de un semblant” [20], por ende hacer sonar otra cosa, que no es más que otro sentido , rescritura, desbrozamiento  que permita alguna otra obra ,que suene otra melodía , que solo sea letra , simplemente letra , las demás ya no importan , porque ya se perdió , esto es lo liberador en un análisis.

La letra y la letra de esta canción ,  nos introduce y me introduce en lo particular, en ese punto donde ya se perdió, hay alguna que otra ganancia, escritura tal vez, objeto causa ,  pero habiendo transitado el duelo que conlleva la pérdida.

Y en el rock and roll de la vida y de una cura, andamos analistas y analizantes , compartiendo lecturas y escrituras ,objetos intercambiables  , que fabrican la creencia , la ilusión, de que “tu defecto es el mío”  , tal como es el título de la tonada que hoy canto, es necesario en un análisis creer, en principio,  que se comparte lo mismo con aquel que nos escucha  , alienarse, para así poder crearse, y así  salirse  de aquello que nos atomiza.

 Para algunos podría  ser la voz, como en mi caso, para otros será otra cosa. Pero en mi es la musicalidad de la voz, como dice Lacan en L’etourdit, frase bellas si las hay : “ las mujeres  pidieron auxilio, pidieron ayuda del inconsciente a la voz del cuerpo , como si justamente no fuera , del inconsciente que el cuerpo tomara voz”[21] ,  y  yo agregaría que cuando empieza a sonar esa nueva  voz , esto ya implica que se ha tocado algo del orden del vacio… [22]

                                                                                   Gabriela Aristegui

                                                                               III Jornadas de la E.F.L.A

                                                                                     Septiembre 2012