
escrituras , pensamientos, y reflexiones de una mina común...
Evocaciones
…y de repente recordé, La melancolía de esos atardeceres de otoño…
Ya casi anochecía, y yo llegaba cansada, triste... Había hecho el esfuerzo a lo largo de todo el día, para no llorar.
Me erigía sobre una seguridad de cartón, sola
…y solo para que El no lo supiera, para que EL no se enterara, para que El no se perturbara.
Yo creía protegerlo.
Erraba, como siempre erraba…
De este modo lo quería, silenciosamente…
Sin embargo, El sabia de este amor, si que lo sabía…y nunca dijo nada…
Simplemente lo omitía...
Callaba.
En definitiva, los dos lo hacíamos.
El silencio era nuestro lenguaje.
La imagen que describe aquellos días es la de mi gata detrás del vidrio, entre el cristal y la cortina.
Ella, quieta, mirando, esperando…Y yo , yo rumiaba , que mi felina había estado todo el día ahí, expectante de que mi auto se asomara...
Ver esa escena me conmovía, me enternecía…pero por sobre todo me abrigaba en esos ocasos de estaciones frías...
Desierto…
Evoco, y me digo: “por aquellos días todo era vació para mi…”
En esa época, ella, mi gata, comía comida caliente, yo llegaba, entraba, se la preparaba y se la daba, mientras me desplomaba en mi angustia...
Esa imagen es triste, pero aun la conservo en mí…
Pienso. Si, es triste…
Marcas indelebles…
Aquellos eran días difíciles, de aflicción…
Días de rutas encantadas, de pueblo con nombre de mujer, días de sexo liquido, de esperanzas vacías, de angustias de Lunes.
Eran Días de Azul...
Fueron tantos años, que ya ni recuerdo…
Fue con un hombre que ya desconozco…
Solo Me ha quedado esa imagen:
La de una gata, detrás de un cristal, a la espera de un auto que asome…
Lo demás, todo lo demás , El se lo ha llevado…