
escrituras , pensamientos, y reflexiones de una mina común...
DSMV , exilio de la subjetividad
Estar aquí reunidos, es asumir un hecho político.
En principio Yo no podría manifestarme radicalmente en contra del DSMV ¿Por qué?
Porque podríamos decir que existe, que es prácticamente un hecho que dentro de un tiempo, este
manual, va a regir algunas cuestiones.
Lo único que se me ocurre, entonces, es sentar una posición frente a esto, no a modo
combativo, sino apostar a la creatividad o a la invención, que como artífices de la palabra podamos
sostener. Por lo cual intentare bordear una posición, mínima, como para entrar en el debate.
Este hecho, que por supuesto nos invita a pensar de qué modo, nosotros los analistas
podemos trabajar ante semejante avance, aunque a veces lo pienso mas como retroceso, pero eso
no es lo que importa, el punto es que hacer con esto.
Antes que nada, quiero decir, quizás resulte ingenuo, pero cuando pienso en cualquier
variedad del DSM, pienso en aquello que dice Lacan en el seminario XX, cuando expresa, no es la
palabra lo que puede venir a fundamentar el significante. El único punto donde la palabra puede
coleccionarse es el diccionario, donde queda clasificada”. Por lo cual es intentar ver qué hacemos
con esta variedad, esta colección de bla bla bla, en donde las personas, y por supuesto no digo aquí
sujetos quedan clasificados, detrás de nomenclaturas, a mi entender, vacías.
“Resistir es desde otro lugar”, dice la letra de una canción de rock and roll, que me gusta
mucho. Es decir, hay que estar en otro lugar para ofrecer esa resistencia y ponerla andar.
Por otro lado, Me fue muy grato encontrarme con el título de esta convocatoria, me pareció
sumamente acertado: DSMV: EXILIO DE LA SUBJETIVIDAD.
Hizo relieve a mi escucha el significante exilio, palabra con connotaciones políticas si las
hay, estamos en Uruguay, que tanto como Argentina han conocido el significado de esta expresión
del peor modo posible.
Como soy analista, o al menos lo intento, me gusta ubicar y encontrar esos puntos de
paradoja, y por supuesto muchas veces, incluyéndome allí. Entonces, yo también fui a ese lugar de
clasificación. Fui al diccionario para desandar la palabra exilio, para esbozar algo de esto que estoy
diciendo, y también porque no, subvertir, sacar los vocablos de esa cosa muerta podríamos decir
que tienen en cualquier manual. Darle un poco de vida…
Allí me encontré con palabras absolutamente afines al psicoanálisis, pero por sobre todo
me intereso una definición, “el exilio es sobre todo un pago, un pago político, no siempre es por
obligación, a veces es voluntario”, entonces puedo decir, es el pago que sitúa, o mejor dicho es un
pago que lo sitúa a uno en relación al origen. Por lo cual, me parece, vuelvo a decir interesantísimo
el titulo, ya que exilio de la subjetividad nos remite a nuestros orígenes como praxis.
Todos hemos pagado, desde Freud con su expatriación, hasta Lacan con su excomunión,
¿por qué no nos iba a pasar a nosotros en esta era posmoderna? Era capitalista destinada al
estallido. Si hay algo con lo cual hemos tenido que saber hacer los analistas es con “lo exiliado” en
todo el sentido del término, con lo exiliado del sujeto que se acuesta en nuestros divanes, porque
sabemos que el exilio es un hecho de estructura. Hasta saber hacer con el exilio que nuestra practica
soporta y que también creo que es por estructura, siempre pensé que el psicoanálisis es una praxis
de ribera.
Juan Gellman, escribió mucho sobre el tema, tiene una prosa, a mi entender bellísima, la
escribió en el 80.
Exilio
No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza.
La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida.
Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran y
nadie nos corta la memoria, la lengua, las calores. Tenemos que
aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire.
Soy una planta monstruosa. Mis raíces están a miles de
kilómetros de mí y no nos ata un tallo, nos separan dos mares
y un océano. El sol me mira cuando ellas respiran en la noche,
duelen de noche bajo el sol.
¿Y porque tomo esto? Porque probablemente podamos pensar que esta es una lucha
perdida, pero quisiera decir una cosa y es que hay algo que ningún DSM tiene ni el V, ni los
anteriores, no tiene poesía, la palabra al ser clasificada, al estar estratificada muere, si uno no las
subvierte, no hace metáfora, quedan como la inhibición, en el museo…
Que otra cosa sino, para nosotros analistas que trabajamos con la gente dolorida, con el
traumatismo del malestar en la cultura, nosotros que trabajamos propiamente con el aire, como
dice Gellman que las palabras nos donan, que otra cosa podemos hacer nosotros sino es ir por
el antónimo del exilio, es decir, “la repatriación” de la palabra, la vuelta al lugar del cual se ha
sido de algún modo expulsado, y del cual se nos echara cada vez, insisto de forma arbitraria o
voluntaria… lo más importante es saber cuál es el origen…
Puedo definirme como alguien de “cuna radical” por eso intento ser lo menos radical
posible, aunque muchas veces no me salga, pero este encuentro me ha traído uno de los más bellos
recuerdos infantiles que tengo.
Año 83, no voy a decir la edad que tenia por coquetería, pero era muy pequeña, CLUB
ESTADIO ATENAS DE LA PLATA, La Negra Sosa volvía y cantaba por primera vez, después de años de
exilio, mi padre y mi madre estaban en primera fila, exaltados, emocionados, al borde las lagrimas,
y aunque yo mucho no entendía, pude pescar que era un momento absolutamente conmovedor, y
Ella salió y la gente gritó, lloró, cantó… y en ese instante mi padre me miro y me dijo con lagrimas en
sus ojos : “hija no sabes cuánto hace que no escuchaba esta canción.
Muchas años después, y casi por azar me toca hablar de política y del exilio, no pude dejar
de mencionar este hecho que marco una vida, la mía, y que me hace pensar que el retorno siempre
puede ser algo conmovedor y del cual se puede hacer poesía, música, canción. A esto apuesto,
como herramienta, como la única herramienta que nosotros tenemos frente a un gigante, apuesto
a la erótica que la palabra conlleva y que de ningún manual puede extraerse, sencillamente porque
allí no hay un sujeto que lo soporte.
Gabriela Aristegui
Coloquio Cerau
Octubre 2012